- Área: 5545 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Marcos Mendizabal
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Proveedores: CHC
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Luego de varios años de abandono y del terremoto de 2010, se llama a un concurso público para ocupar parte del lote de la ex-cárcel de Rancagua, con el Edificio Institucional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de la Región de O´Higgins. El terreno está inserto en un barrio consolidado vecino a la Estación de Trenes, de alta intensidad de tránsito y uso comercial. El encargo incluía un programa que separaba un edificio mayor en dos unidades independientes: SERVIU y SEREMI. La estrategia de subdivisión del lote era parte de la propuesta, dejando terreno disponible para futuras construcciones.
El concurso pedía un edificio que anunciara una idea de conjunto cívico para el resto del lote.
El proyecto es una oportunidad de actuar en forma directa sobre la ciudad. Siendo sede del ministerio encargado de la planificación y desarrollo territorial, parecía relevante complementar los trayectos o espacios públicos del lugar, para mejorarlos. La edificación circundante es de fachada continua y ocupación total del suelo, poniendo en crisis la relación de contacto ambiental entre los interiores y el exterior.
La dispersión de las ventanas está pensado como una estrategia óptima para tener luz y ventilación natural en todas las oficinas. La figura edificio mantiene el vacío en el interior del bloque, teniendo interior / exterior relación complementaria.
El sitio -cerrado por un muro perimetral de albañilería de 4,5 mts. de alto- obturaba la manzana, resultando en largos tramos de veredas sin programas asociados. Siguiendo el orden de los antiguos pabellones de celdas a demoler, se propone un edificio de 110 metros de largo y 10 de ancho, que abre un paseo público, conectando dos calles paralelas por el interior de la manzana. Por calle Brasil se accederá al SERVIU y por O´Carrol a la SEREMI, distinguiendo ambos programas. Con esta operación, lo que era un interior excluyente se abre para la ciudad.
La figura propuesta para el terreno incluye un ensanche central que el edificio atraviesa, dejando un patio de uso privado y otro de uso público, donde podrán confluir próximos proyectos, en los terrenos vecinos resultantes. Más que un paseo-atajo, se busca un lugar de permanencia -distanciado de las calles-, rodeado de árboles y jardines. El largo certero del edificio muestra el ancho variable de los deslindes propuestos. Los pisos de oficinas se ordenan con un pasillo central y espacios de trabajo laterales. La relación geométrica con el trayecto del sol se media con un sistema de paneles de hormigón prefabricado, dispuestos en una combinación de paralelas y perpendiculares a la fachada, permitiendo vistas lejanas y evitando la luz directa en los escritorios. Todos los espacios, incluyendo el corredor central son iluminados naturalmente.
La normativa del casco histórico obliga a la fachada continua, perpendicular a la barra propuesta. En reemplazo del antiguo muro de clausura, se propone una fachada de transparencia controlada, abriendo el paseo y los jardines del interior, donde se conserva y expone el muro medianero original.
Lo que es cerrado –fachada continua- se piensa abierto. Lo que es largo –edificio barra- se piensa como ancho en su relación con los patios. La distancia a los bordes asegura vistas desde las oficinas a las cordilleras de Los Andes y de La Costa, que confinan el valle donde se emplaza la ciudad de Rancagua.